Había una vez en una muy lejana aldea una preciosa niña llamada Adelaida que con su padre vivía.
La precisa Adelaida tenía un carácter muy dulce y delicado:
- ¡Qué carácter tengo más dulce, Dios mío!
Un buen día, la dulce Adelaida de esta manera habló a su padre:
- Querido papá, que significa la expresión : “No se pueden pedir peras al olmo”?
A lo que el papá de nuestra simpática criatura de esta manera respondiole:
- Significa hija, que en este mundo cada uno sólo puede pedir un tipo de cosa. Que no se le puede pedir a alguien que entregue lo que no puede dar.
Esta respuesta dejó algo confundida a la joven Adelaida, ¿qué significaría eso de que cada uno solamente puede dar una cosa y que no se le puede pedir a alguien que entregue lo que no puede dar?. Y Adelaida pensó:
- Es eso posible?, estamos los seres humanos tan compartimentados?
La explicación que su padre diole de la frase “no se pueden pedir peras al olmo” no satisfizo a la simpática e inteligente Adelaida.
Quiso el destino que en las cercanías de su aldea hubiera un frondoso bosque repleto de olmos, y nuestra simpática protagonista no tuvo otra idea que pedirle a un olmo una pera. Situóse frente a un olmo y de esta manera le habló:
- Señor olmo, buenos días, quiero pedirle una cosa:
A lo que el señor olmo contestole:
- Buenos días querida niña, qué deseas de un olmo como yo?
Y la niña, ni corta ni perezosa, respondiole:
- Quiero una pera de usted Sr.Olmo. Quiero que me dé una jugosa y rica pera.
Al escuchar esto el olmo quedose estupefacto, pero en menos de 3 segundos habló así a la niña:
- Pues claro que sí niña, ha-ha-há. Aquí tienes una pera! Toma .
Y el olmo diole una pera a Adelaida. Todos los olmos del bosque hicieron lo mismo, llenando el suelo con ricas y jugosas peras.
- Entonces es falso que no le puedan pedir peras al olmo!
Esto os enseñará queridos niños y niñas que el mundo no está tan compartimentado como pensamos, que una sola persona puede ser válida para más de una cosa y que no somos ordenadores especializados solamente en una actividad. Pedid peras a los olmos, adorables criaturas, porque a lo mejor se os entregan.
Y colorín colorado este cuento para Ulises ha terminado.